Hay alimentos saludables y «con la virtud extra de ayudar al organismo a reducir las inflamaciones y revertir algunos pequeños desajustes. Son los alimentos ‘medicina’, unos productos cuyas sustancias también ayudan al cuerpo a crear sus propios antiinflamatorios».
Veamos cuáles son:
Frutos rojos
Especialmente, las cerezas y los arándanos atesoran grandes cantidades de antioxidantes y antiocianinas, que son excelentes aliados para prevenir la inflamación crónica, la cual «favorece la aparición y el desarrollo de ciertos tumores, como los de colon, hígado, estómago o vejiga, la hepatitis C y la infección por Helicobacter pylori». Los arándanos, del que España es el mayor productor de Europa, son excelentes para la prevención de la colitis ulcerosa y la inflamación; mientras que las frambuesas, concretamente su extracto, son excelentes para prevenir la artritis.
Hierbas y especias
En la naturaleza podemos hallar un buen número de hierbas y especias que, además de poner el sabor a los platos, nos dan salud, en tanto que ayudan a mitigar un largo etcétera de males. Según la Fundación del Corazón, «la cúrcuma, el jengibre, el clavo, la pimienta, el orégano, la salvia, el tomillo, la canela y el laurel están entre los más potentes antioxidantes y antiinflamatorios naturales«. Por ejemplo, el jengibre y la cúrcuma son excelentes para reducir los procesos inflamatorios. Igualmente las hierbas generosas en timol, como el limón o el orégano, mitigan los problemas dentales y ayudan en los procesos curativos de la faringitis y la bronquitis.
Té verde
Esta variedad, cuyos descubridores fueron los chinos, quienes lo consumen desde hace milenios, despunta por su poder antiinflamatorio. Además, constituye un excelente aliado a la hora de mitigar los efectos de la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la artritis. Incluso es posible que pueda ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer, pues, tal y como apunta la Fundación del Corazón, «existen esperanzadores estudios sobre los efectos del té verde en la prevención de algunos tipos de cáncer, como el de colon». A lo que se añade que un reciente estudio, publicado en el ‘Journal of Biological Chemistry’, ha descubierto la presencia de una molécula que podría contribuir a reducir los riesgos coronarios derivados de la aterosclerosis.
Ajo
La Fundación del Corazón define a esta hortaliza como «mejor que el ibuprofeno». La razón estriba en que contiene alicina, un compuesto con poderes antiinflamatorios similares al citado medicamento, ideal para el tratamiento de afecciones como la sinusitis, la gastroenteritis o la bronquisotis. Eso sí, solo tiene efecto cuando el ajo se toma crudo. Además, es un buen antibiótico contra las bacterias y los hongos, regula el colesterol, la presión arterial y, por ende, previene las enfermedades cardiovasculares. Incluso «impide la aparición de ciertos tipos de cáncer, pues se ha constatado que los consumidores de ajo reducen en un 60% las probabilidades de desarrollar tumores en el estómago».
Omega 3
No todas las grasas son malas. El omega 3, un ácido graso poliinsaturado, lo demuestra. Y es que este proporciona energía al organismo e interviene en las funciones del corazón, los vasos sanguíneos, los pulmones y los sistemas inmunitario y endocrino. El pescado azul constituye una de las mayores fuentes de este ácido graso y se aconseja consumirlo, al menos, dos veces a la semana si queremos «reducir las inflamaciones y proteger las membranas celulares de sus efectos adversos». También los vegetales de hoja verde, como las acelgas, las espinas o la col, lo contienen. Estos además atesoran interesantes cantidades de vitamina E, «que protege al organismo de las citoquinas, moléculas que causan inflamaciones».
Vegetales fermentados
El chucrut, las cebolletas, el miso, los pepinillos e incluso la cerveza o el vino ( sí, también son fermentados) forman parte de esta saludable familia, que cada vez goza de mayor popularidad entre los consumidores por lo mucho que hace por nuestra salud. En concreto, «cuidan de la microbiota, refuerzan el sistema inmunológico y previenen la inflamación crónica del intestino, origen de numerosas enfermedades. Pero para que conserven todas sus propiedades saludables, los vegetales deben fermentar en sal marina, nunca en vinagre», tal y como apunta la Fundación del Corazón.